lunes, 19 de julio de 2010

mi cabeza palpita
como un centollo
ebrio rubia y yo y tu
y simplemente líquido
y la mesa y la madre
y el fin se acerca
sigiloso moco infernal
arrastrándose por una planicie
vacía la esperanza de
los pocos desesperanzados
que aguardamos el
final de los tiempos y principio
de la destrucción mortal, curiosa,
divertida,
intrigante como el final
de una novela
negra por
nadie escrita

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